5 de julio de 2024. Un nuevo enfoque en la financiación con emprendedores al sur de Chile muestra cómo la inversión de impacto basada en terreno tiene mejores resultados que la filantropía tradicional. La colaboración de VIVA Idea con Fundación Avina y Balloon Latam en la investigación del proyecto Fondo de Desarrollo Rural, sistematiza conocimiento que puede ser aprovechado en otros proyectos y otras latitudes.
El proyecto Fondo de Desarrollo Rural, implementado por Fundación Avina en colaboración con Balloon Latam, surge como una respuesta a la necesidad urgente de apoyar a los emprendedores rurales en un contexto desafiante acentuado por la pandemia global.
Este fondo, diseñado para canalizar recursos económicos hacia estas comunidades, se enfoca en tres regiones específicas de Chile: El Maule, La Araucanía y Los Lagos. Estas zonas enfrentan significativos desafíos socioeconómicos, como altos niveles de pobreza, acceso limitado a servicios de educación y salud, infraestructura deficiente, y una prevalencia de la informalidad laboral que limita el acceso a créditos.
Verónica Fisher, de Fundación Avina, explica que el Fondo de Desarrollo Rural no solo proporciona recursos financieros, sino que también crea un puente para que los emprendedores puedan acceder a créditos en condiciones preferenciales, algo que de otro modo sería imposible debido a las restricciones del sistema bancario tradicional.
“Este fondo creció y se implementó durante la pandemia por la urgencia de una situación estructural. Los emprendedores no tenían acceso a ningún crédito ni subvención del Estado debido a la informalidad en zonas rurales. Logramos con este crédito crear un puente que les permitiera acceder a tasas preferenciales que en los bancos privados no se consigue”, comentó Fisher.
El Fondo de Desarrollo Rural ha permitido a los emprendedores no solo sobrevivir durante la pandemia, sino también reinventarse y adaptarse a nuevas condiciones del mercado. “Queremos lograr esto porque es la única manera de impulsar el desarrollo, acompañándolos tanto en su crecimiento como emprendedores como en el desarrollo de las comunidades donde están insertos”, añadió Fisher.
Este enfoque integral y colaborativo ha sido crucial para el éxito del proyecto, centrando los esfuerzos no solo en la financiación, sino también en el fortalecimiento de capacidades y el desarrollo de comunidades.
Felipe Symmes, líder de investigación y extensión académica de VIVA Idea, destacó la importancia del Fondo de Desarrollo Rural durante una visita de campo a estas regiones. “Observamos que el 85% de los emprendedores consideran su empresa como la principal fuente de ingresos para sus hogares. Sin embargo, debido a la pandemia, muchos tuvieron que detener o reinventar sus negocios, enfrentando costos e inversiones imprevistas. Además, las condiciones estructurales de informalidad en el Chile rural impiden que la mayoría de la población acceda a créditos”, señaló Symmes.
El fondo surgió como un mecanismo para canalizar recursos económicos hacia emprendedores rurales, fortaleciendo sus proyectos en un contexto desafiante debido a la pandemia global. Este fondo se enfoca en tres regiones específicas: El Maule, La Araucanía y Los Lagos, donde Balloon Latam ha desarrollado relaciones y capital social con las comunidades rurales.
Estas regiones enfrentan importantes desafíos en términos de pobreza, acceso a educación y servicios de salud, infraestructura deficiente, y altos niveles de desempleo e informalidad. Según datos de la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica (CASEN) 2020, la tasa de pobreza por ingresos en La Araucanía era del 17,4%, la más alta del país. Las regiones de El Maule y Los Lagos tienen tasas de pobreza por ingresos más bajas que La Araucanía, pero aún significativas.
A pesar de las diferencias, las tres regiones enfrentan desafíos significativos en términos de acceso y calidad de los servicios de educación y salud, infraestructura deficiente que limita el acceso a oportunidades económicas y servicios, y altos niveles de desempleo y subempleo con altos niveles de informalidad debido a problemas estructurales donde el Estado está mayormente ausente.
El fondo se caracteriza por evolucionar de un fondo exclusivamente “impact first” (2021-2023) de USD 300,000 (y USD 120,000 para operaciones del fondo) a una segunda versión del fondo (2024-2025) que integra inversionistas filantrópicos “impact first” e inversionistas “finance first” (que aún está reuniendo recursos pero que apunta a alcanzar USD 1 millón). En el Fondo I, los fondos fueron proporcionados por cuatro oficinas familiares principales que asumieron el riesgo asociado con la entrega de los créditos y financiaron operaciones desde una perspectiva filantrópica, en algunos casos requiriendo retorno de capital. Estas oficinas familiares incluyen el grupo Martigues, el grupo Torca, LDG Investments y el grupo Prisma. En el Fondo II, más grupos de inversionistas se involucraron con más opciones de inversión, desde exclusivamente filantrópicas hasta posibilidades “finance first”.
Los resultados preliminares de la investigación aún en curso han revelado varios aprendizajes clave. En primer lugar, la inversión de impacto en América Latina implica invertir en áreas de extrema pobreza e informalidad que no cumplen con los estándares bancarios tradicionales y abordar problemas estructurales.
En segundo lugar, innovar instrumentos de inversión para abordar estos problemas requiere combinar inversiones filantrópicas con inversiones “finance first”.
Finalmente, la colaboración entre inversionistas con diferentes objetivos se basa en la confianza generada en Balloon Latam y Fundación AVINA, más que en la confianza entre los propios inversionistas.
Fisher subrayó la importancia de esta investigación colaborativa. “Estamos logrando observar impactos significativos en las personas, pero estamos sumando un estudio de impacto para poder analizar también la mecánica y los logros, y tener los respaldos científicos y académicos de ese trabajo realizado”, explicó.
“Siendo este proyecto muy colaborativo con otras organizaciones, una de las articulaciones más importantes es con VIVA Idea, precisamente para realizar una evaluación de impacto de este proyecto. Nos ayuda muchísimo empezar a documentar todo lo que es posible desde un ángulo científico y académico que respalde lo que observamos en terreno”, agregó Fisher.
La investigación de VIVA Idea, utilizando la metodología de investigación-acción, no solo busca generar conocimiento, sino también contribuir al impacto directo mientras se investiga el proceso. “Nuestros procesos de investigación buscan aportar conocimiento al propio impacto de los proyectos y procesos investigados y, además, llevar ese conocimiento a la comunidad científica internacional por medio de publicaciones en revistas científicas y presentación en congresos internacionales”, afirmó José Valverde, director ejecutivo de VIVA Idea.
Para Valverde el trabajo colaborativo es el que más da frutos pues aprovecha las capacidades de cada organización que se involucra en tanto pueda aportar al impacto y al conocimiento del impacto desde su propia experiencia y capacidades.
Además, tanto VIVA Idea como Fundación Avina son integrantes del Ecosistema VIVA, organizaciones fundadas por Stephan Schmidheiny que tiene una visión de involucrar el trabajo de las organizaciones sociales y el sector privado en modelos de inversión de impacto y colaboración que logren mejores resultados que la filantropía o asistencialismo tradicional que al suspender fondos obliga a cerrar operaciones a las organizaciones.
El Fondo de Desarrollo Rural representa una iniciativa clave para apoyar el desarrollo sostenible en las comunidades rurales de Chile, combinando esfuerzos filantrópicos y financieros para crear un impacto duradero.
La colaboración entre Fundación Avina, Balloon Latam y VIVA Idea es fundamental para documentar y validar científicamente los resultados, fortaleciendo así el modelo de inversión de impacto en América Latina.