En el mundo actual, existe una amplia brecha económica entre diferentes estratos sociales. Mientras algunos disfrutan de altos ingresos y un nivel de vida próspero, otros luchan por satisfacer sus necesidades básicas.
Este sector, el más masivo en la población de todos los países, tiene presenta tanto necesidades como oportunidades. Se le conoce como la base de la pirámide económica, ya que representa el sector más grande y de más bajos ingresos. Este grupo heterogéneo de personas, principalmente en zonas marginales de áreas urbanas o de áreas rurales, busca abordar los desafíos de la pobreza y la desigualdad.
Existen perspectivas que muestran que es posible aprovechar el potencial y los recursos de esas personas que se encuentran en los niveles inferiores de la estructura socioeconómica, para encontrar sus propias oportunidades en colectivo a partir de innovaciones sociales o empresariales.
¿Qué es la base de la pirámide?
La base de la pirámide se refiere al segmento de la población que se encuentra en la parte inferior de la pirámide socioeconómica. Estas personas, en su mayoría residentes de áreas rurales o urbanas marginales, enfrentan dificultades significativas para acceder a servicios básicos, educación, salud y oportunidades económicas. Son caracterizados por sus bajos ingresos y limitado acceso a recursos financieros.
La dimensión de la base de la pirámide es sorprendente. Según datos del Banco Mundial, aproximadamente el 50% de la población mundial vive con menos de 5,50 dólares al día. Esto representa a miles de millones de personas que enfrentan desafíos para salir de la pobreza y mejorar su calidad de vida. Es en este contexto que surge la necesidad de involucrar a este segmento de la población en los procesos de desarrollo económico.
Esto es especialmente así cuando quienes buscan esas oportunidades son integrantes de ese mismo sector y que pueden identificar en su propio entorno esas oportunidades.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se considera parte de la base de la pirámide a todas aquellas personas cuyos ingresos diarios no superan los diez dólares. Por otro lado, el Foro Económico Mundial (WEF) define como base de la pirámide a quienes ganan menos de un dólar estadounidense al día.
En realidad, la base de la pirámide engloba al grupo de personas más empobrecidas, sin importar la cantidad exacta. Este término fue popularizado en 2004, a partir de la publicación “The Fortune at the Bottom of the Pyramid” de Coimbatore Krishnarao Prahalad, quien ejerció como profesor en la Universidad de Míchigan.
Cocreación con la base de la pirámide
En el artículo “Cocreación con la base de la pirámide” de Urs Jäger y Ted London y publicado en 2019 por Standfor Social Innovation Revew, se presenta un enfoque innovador para abordar los desafíos de la pobreza y la desigualdad. Según los autores, en lugar de considerar a las personas de la base de la pirámide como meros receptores de ayuda, es fundamental reconocer y valorar su conocimiento y habilidades.
La cocreación implica la participación activa de la base de la pirámide en la generación de ideas y soluciones empresariales. Al involucrar a las personas de este sector como socios valiosos, se pueden identificar activos y oportunidades que a menudo pasan desapercibidos en los mercados de bajos ingresos. Esto no solo beneficia a las comunidades, sino también a las empresas, ya que les permite desarrollar modelos de negocio sostenibles y rentables.
Según Jäger y London, “adoptar un enfoque de cocreación permite a las empresas ver a la base de la pirámide como socios valiosos y asesores en el desarrollo de sus modelos de negocio”. Además, destacan que el enfoque de transferencia, basado en soluciones de mercados de altos ingresos, contrariamente, a menudo impide que las empresas reconozcan los valiosos activos presentes en los mercados de bajos ingresos.
La participación de la base de la pirámide en el desarrollo económico es fundamental para lograr un progreso significativo y sostenible. Al permitir que las personas de la base de la pirámide participen activamente en la creación de soluciones, se fortalece su empoderamiento y se generan oportunidades de crecimiento económico inclusivo.
La base de la pirámide no solo representa un segmento de la población en situación de vulnerabilidad, sino también un vasto mercado con necesidades y deseos que pueden ser atendidos mediante la cocreación de productos y servicios adaptados a sus contextos y capacidades.
Casos exitosos
En América Latina hay suficientes casos que muestran lo que Jäger y London explican en su artículo. No necesariamente todas las empresas que hayan experimentado y utilizado modelos de cocreación con la base de la pirámide han escalado a tamaños de facturación millonaria.
Usound, por ejemplo, es una empresa argentina fundada en 2015 por Ezequiel Escobar y otros tres estudiantes de maestría (MBA) de la provincia de Jujuy. Su objetivo es vender audífonos innovadores y de bajo costo. A pesar de encontrarse en una región históricamente pobre, Usound ha logrado tener éxito en el mercado de bajos ingresos. La empresa adoptó un enfoque de cocreación, viendo a personas de bajos ingresos de sus propias comunidades como socios y asesores en el desarrollo de su modelo de negocio. Además, identificaron y aprovecharon los activos existentes en el mercado de bajos ingresos, como el conocimiento local y la demanda de audífonos asequibles. Esta estrategia les permitió adaptarse a las necesidades de la base de la pirámide y expandir su negocio a nivel internacional.
Otro caso es Warmi otra empresa argentina que opera en la provincia de Jujuy. A diferencia de Usound, Warmi se dedica a comprar productos de productores de bajos ingresos y venderlos en mercados de altos ingresos a nivel internacional. Al adoptar un enfoque de cocreación, Warmi reconoce el valor de los activos presentes en los mercados de bajos ingresos. La empresa ha logrado establecer relaciones sólidas con los productores locales, aprovechando su conocimiento y habilidades. Al identificar y utilizar los activos existentes, como la calidad de los productos y la autenticidad cultural, Warmi ha tenido éxito al ingresar a mercados de altos ingresos y crear oportunidades económicas para los productores de la base de la pirámide.
Impacto en millones
La base de la pirámide se ha convertido en un concepto relevante en la búsqueda de soluciones inclusivas para el desarrollo económico. La cocreación con la base de la pirámide, tal como lo exponen Urs Jäger y Ted London en su artículo, promueve la colaboración entre empresas y personas de bajos ingresos para generar soluciones innovadoras y sostenibles.
Al involucrar a la base de la pirámide como socios valiosos, se pueden lograr resultados positivos tanto en términos económicos como sociales.
Reconocer y respetar el conocimiento y las habilidades de este sector de población es fundamental para impulsar un cambio real y transformador en las comunidades rurales y urbanas marginadas. La cocreación se convierte en un poderoso motor de desarrollo, generando impacto y transformación en las vidas de miles de millones de personas en todo el mundo.
Tomado de “Cocreation with the base of the pyramid“, publicado por Stanford Social Innovation Review, 2019.