La reasignación masiva de capital hacia negocios con impacto ambiental y social aparece como una de las prioridades para los directores ejecutivos en este 2024. Esta tendencia muestra que es vital integrar tecnología, escalar la inteligencia artificial, y sobre todo, dirigir recursos hacia empresas que generen un cambio positivo. En un mundo que evoluciona constantemente, la sostenibilidad no es solo una tendencia, es una necesidad.
Muy probablemente hayas escuchado sobre el término sostenibilidad y que, aunque se habla de este concepto hace décadas, ahora se está instalando en las conversaciones sobre negocios, estrategias y futuro empresarial. Esto es porque cada vez más los negocios mejor posicionados buscan integrar la sostenibilidad a su estrategia de empresa, si no al menos acercarse a ello.
La reasignación masiva de capital hacia negocios con impacto ambiental y social aparece como una de las prioridades para los directores ejecutivos en este 2024. Esta tendencia muestra que es vital integrar tecnología, escalar la inteligencia artificial, y sobre todo, dirigir recursos hacia empresas que generen un cambio positivo. En un mundo que evoluciona constantemente, la sostenibilidad no es solo una tendencia, es una necesidad.
Para Urs Jäger, director de Investigación de VIVA Idea y profesor de sostenibilidad en INCAE Business School, la sostenibilidad no puede estasr desvinculada de la propia estrategia del negocio. “Hay que entender la sostenibilidad como algo que está en el corazón de nuestro modelo de negocio, solo así podemos hacer la diferencia”, explicó Jäger, quien dirige procesos de capacitación y aceleración con empresas para que ellas entiendan el potencial de impacto que tienen en su quehacer y en su entorno.
VIVA Idea, centro de conocimiento para la sostenibilidad, ha diseñado metodologías de análisis, medición de potencial y comparación con indicadores regionales o locales, para integrar la estrategia empresarial con la sostenibilidad, tanto para empresas pequeñas o mipymes, como para empresas medianas o internacionales.
El mundo parece entender esta búsqueda, aunque no todas las empresas captan la importancia de que la sostenibilidad debe estar en el centro del modelo de negocio o no será elemento distintivo de la competitividad.
La consultora global McKinsey definió para 2024 las principales prioridades para CEOs y resalta la sostenibilidad: la reasignación masiva de capital hacia negocios con impacto ambiental y social. En un reciente informe explica que es el momento de integrar tecnología, escalar la inteligencia artificial, y sobre todo, dirigir recursos hacia empresas que generen un cambio positivo. En un mundo que evoluciona constantemente, la sostenibilidad no es solo una tendencia, es una necesidad.
La movilización de capital en el ámbito empresarial adopta diversas formas, ya sea mediante financiamiento, alianzas estratégicas entre corporaciones y emprendedores sociales, o a través de iniciativas de impacto que surgen desde las empresas y se respaldan en la colaboración con otros actores para su implementación.
Ejemplos como Kingo, una empresa guatemalteca que captó la atención de Leonardo DiCaprio, o Crepes and Waffles, la exitosa cadena de restaurantes que impulsa el desarrollo rural en Colombia, destacan por su enfoque innovador y sostenible. Incluso gigantes como IKEA han encontrado en proveedores clave aliados estratégicos para avanzar hacia sus compromisos ambientales. Empresas de distintos tamaños y sectores demuestran que la movilización de capital es una herramienta financiera y una palanca para generar positivos cambios en la sociedad y el medio ambiente.
Hablemos de Kingo, una empresa guatemalteca que brinda energía limpia a comunidades rurales remotas mediante la instalación de dispositivos llamados “Kingo”. Estos ofrecen sistemas inteligentes de distribución de energía y se pueden costear a través de una plataforma de prepago. Su modelo de negocio, eficiente y con un impacto ambiental y social positivo, atrajo la atención de inversores como Leonardo Di Caprio. Sin embargo, lo que selló el acuerdo fue el equilibrio entre un modelo escalable en términos económicos e impacto. Kingo ha experimentado un crecimiento notable, pasando de un piloto de 450 hogares en enero de 2015 a 60,000 hogares en marzo de 2018, superando 1 millón de hogares para 2020. Su visión es convertirse en la mayor empresa de servicios públicos, llegando a 100 millones de hogares en 2035. En este caso la inserción de capital se evidencia en el financiamiento de los inversionistas para el emprendimiento, sin embargo, no es la única forma en que el capital puede movilizarse hacia iniciativas de impacto.
Crepes and Waffles, la icónica cadena colombiana fundada en 1980, ha expandido su presencia a nivel internacional, consolidándose en ciudades clave de Colombia, Panamá, Ecuador, México, Chile y España. En 2019, se unió a la iniciativa Desarrollo Económico Incluyente Rural, respaldada por KOICA, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el PNUD. Introduciendo platos como “El Volcán del monte caribeño”, la cadena integró ingredientes locales, garantizando precios justos para los productores y respaldando la conservación del bosque seco tropical.
Cada plato vendido generaba el apoyo a la siembra de un árbol en los Montes de María, contribuyendo a la protección del ecosistema y la reducción de la pobreza. En colaboración con USAID, Patrimonio Natural, Fundación Proyecto Titi y PNUD, Crepes and Waffles integró al sector privado, cooperación internacional y las comunidades locales en acciones concretas para el bienestar social y ambiental. Aunque no era experta en iniciativas de impacto, la cadena ha convertido la sostenibilidad en un pilar esencial de su filosofía, demostrando cómo la colaboración con expertos puede generar un impacto positivo significativo y sostenible.
Ya exploramos diversas facetas de las empresas sociales, desde aquellas en busca de capital hasta las que se suman a iniciativas sociales con aliados expertos. Sin embargo, hay un tipo especial: las que, sin aliados, generan impacto con decisiones audaces, como cambiar a proveedores con prácticas más sostenibles.
Un ejemplo destacado es IKEA, el gigante de muebles y artículos para el hogar. En marzo de 2021, sorprendió al asociarse con Fluid Truck, una plataforma de alquiler de flotillas de vehículos eléctricos basada en tecnología.
La colaboración con Fluid Truck proporciona a IKEA agilidad y flexibilidad mejoradas en sus entregas, alineándose con su objetivo de cero emisiones en la última milla para 2025. Más allá de ser un simple cliente, IKEA se convirtió en inversionista de esta startup, ganando acceso valioso a conocimientos especializados en logística de última milla.
Por otro lado, Fluid Truck cosecha una ventaja significativa al contar con IKEA como cliente estelar, generando ingresos sustanciales y consolidándose como proveedor para corporativos de gran envergadura. Además, se beneficia del acceso a la experiencia y orientación de mentores de IKEA, fortaleciendo su posición en el mercado y atrayendo potencialmente a nuevos clientes.
La movilización de capital hacia negocios sostenibles e iniciativas de impacto está alcanzando un momento decisivo, y este año promete ser testigo de la mayor inversión histórica en estos sectores. Las previsiones de crecimiento de las empresas sostenibles se reafirman anualmente, indicando que esta transición es inevitable. En estos tiempos donde la crisis ambiental amenaza más que nunca y el índice de progreso social enfrenta su primera recesión en décadas, se presenta una oportunidad sin precedentes.
Para Paola Fonseca, directora de Impacto de VIVA Idea y especialista en mecanismos de inversión de impacto, efectivamente el mundo va avanzando hacia formas de economía sostenible que hacen que las empresas sean cada vez más un motor de desarrollo y progreso social. “Uno de esos mecanismos es la inversión de impacto, una modalidad en crecimiento tanto en la región, pero principalmente en el mundo”, explicó Fonseca.
Latinoamérica, una región con un crecimiento económico destacado en las últimas décadas, es un escenario propicio para la inversión en negocios con impacto social o ambiental. Países como Chile y Costa Rica tienen índices de calidad de vida comparables a naciones europeas, mientras que potencias en energías limpias como Brasil y Nicaragua están avanzando a un ritmo acelerado. Además, monedas como el peso mexicano han sorprendido con su fortalecimiento en el último año. En este contexto, las oportunidades para emprendimientos con enfoque social o ambiental en la región son importantes y se encuentran en su mejor momento.
Jäger también destacó la trayectoria de VIVA Idea en relación con la relevancia de la consideración del impacto como un eje central en los modelos de negocio. VIVA idea ha desarrollado talleres y acompañamiento a centenares de emprendedores, muchos de los cuales hoy son un éxito empresarial que incorporaron el impacto como elemento distintivo de sus actividades y eso las coloca como líderes del mercado.
“Hemos dedicado más de diez años a estudiar y colaborar dentro del ecosistema de impacto en Latinoamérica. Formamos parte del Ecosistema VIVA, una red de organizaciones con más de veinte años de experiencia en sostenibilidad, que ha colaborado con actores del sector público y privado a nivel internacional”, explicó el profesor en el área y director de Investigación de VIVA Idea.
VIVA Idea ofrece su experiencia y sus metodologías en la alineación de actores, la investigación avanzada, el conocimiento profundo del contexto y una amplia red de contactos que permite a una empresa con potencial de impacto acercarse cada vez más a un objetivo de sostenibilidad.